19 de junio de 2011

Santuario


Hay un lugar sagrado (el corazón humano)
repleto de demonios y arcángeles y vísperas,
repleto de cadáveres y niñas de ojos negros
que invitan a la vida.

Un palpitante santuario carente de sacerdotes.
Un templo misterioso lleno de extraños ritos
que acaso asustarían a los posibles visitantes.

Mas aquí no hay turistas ni peregrinos;
es un lugar callado y solitario
cuyas puertas se entreabren muy raramente
a vientos desconocidos.

Ocurren entonces fenómenos inexplicables,
como la floración y la música
y el vuelo de gorriones y de alondras y musas.

Pero al final de la estación
la puerta termina por cerrarse
con un sordo chasquido
y todo cesa.

Excepto la desconcertante salmodia
que va retumbando por todo el ámbito
de la catedral en llamas.


De El rostro prohibido
Publicado en Poesi-as, Revista Almiar, Proyecto Patrimonio, ArtePoética y en los libros electrónicos Camino al andar y Senda. También en la antología Poemas quietos (Ed. Mizar)

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